viernes, 13 de noviembre de 2015

Volveré, CAPAZ.

Prométeme que si algún día me marcho vendrás a buscarme,
que me recordarás todas las veces que te negué un beso
con la estúpida idea de que me pidieras un millón más.
Que asaltarás nuevamente mis dudas de querer seguir huyendo
y le pondrás mi nombre a algún lugar que volverá a ser nuestro.
Que me pondrás cien excusas para que no me vaya y un solo motivo: 
Nosotros.
Que si algún día quiero marcharme querrá decir que tengo miedo.
Así que abrázame, 
abrázame como si tuviese a mis espaldas un ejército entero a punto de fusilarme, 
dime que me quieres y seré la más valiente. 
Volveré, CAPAZ.
                                                                                                                             @HAZMEPOESIA

jueves, 1 de octubre de 2015

Mi salvavidas.

Puede que haya perdido la cuenta
de todas las veces que me has dicho te quiero.
Seguramente hayamos ganado más batallas internas juntas
que guerras viviremos.
Has sido mi salvavidas en cada naufragio,
consiguiendo que mi risa siempre salga a flote.
Has hecho saltar por los aires media ciudad al verme llorar
y has salido a buscarme
aún cuando yo ya me daba por perdida.
He tenido la suerte de ver como Roma se reconstruía al verte sonreír,
y de como Venecia nos hacía indestructibles.
Lo que quiero decir es que los Lunes parecían ser siempre Viernes a tu lado
y que los Domingos dejan de ser tan horribles si son contigo.
Adoro cuando me sorprendes, cuando me dices que me entiendes
y te llevas las manos a la cabeza o cuando me prometes que estarás despierta
y el sueño te vence.
Pero lo que más me gusta es que no te das cuenta
de lo bonita que realmente eres,
de lo peligrosa que puedes llegas a ser con un 'te lo dije' en los labios
y de la capacidad que sólo tú tienes para arreglarme los rotos con un abrazo.
Llamémosle suerte o destino
pero desde que tú me quieres todo es distinto.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Esa maldita enfermedad llamada Alzheimer.

Tiene un cuerpo de setenta y pocos
aunque su cabeza se quedo olvidada en sus ‘veintitantos’.
Su risa mueve mareas y provoca maremotos cuando no recuerda,
entonces mi corazón sufre junto a ella.
Llego a casa por partes, 
me mira desde lejos con dudas.
Mientras me acaricia la mejilla
me dice que mi cara se le hace conocida
pero no sabe quién puedo ser.
Cierra los ojos y suspira,
adoro cuando lo hace porque al abrirlos
es como si el mundo fuese menos injusto.
No importa que no sepas quien soy
si yo sé quien eres y quién fuiste.
Me agarra de la mano, nota esa pequeña cicatriz
que lleva ahí desde que nací y empieza a llorar,
entre lágrimas consigue pronunciar:
Que sólo conoce a una persona que tenga la misma cicatriz,
                                     mi niña.
 
No dejes de volver, porque yo no dejaré que te vayas nunca.
                          @Hazmepoesia

viernes, 5 de junio de 2015

Ella no es apta para cardíacos.

Si la veis por la calle caminar no le digáis nada
porque se sonroja a la primera de cambio,
tropieza con su propia sombra
y podría enamorar al sol en un pestañeo.
Y el mundo estaría perdido. 
Nunca lleva el pelo recogido,
como si estuviese pidiendo a gritos que la peinen,
que la mimen, que la quieran.
Pero no es apta para cardíacos,
pasa de cero a cien,
vuelve sin frenos y con ganas de llevarte por delante.
Y tú, sin poder evitarlo, querrás que te pase por encima.
Es alegría, tormenta y sonrisa.
Tiene unos ojos sabor café que te tendrán en vela cada noche,
hasta el día que ella no quiera más. 
Entonces lloverán pianos de tus ojos,
y tú no podrás evitarlo.                  Porque será tarde.
                              
                                                      @Hazmepoesia

viernes, 1 de mayo de 2015

Roma amor.

Comencé a llamarte Roma con la intención de que todos y cada uno de los caminos me llevasen a tu boca. Te resultó extraña ésta forma mía de querer, querer llamarte, hasta convertirnos en ruinas y ser el reflejo del alma de cualquiera que haya amado, más. Porque por norma general, el que ama menos se mantiene en pie y no de rodillas.
                                           Son gajes del amor,
                                                                            mi vida.
Me has ofrecido espectaculos de fieras y batallas, promovidas por las dudas en el coliseo de tu pecho, y he tenido miedo. Tu aire bohemio, tu sonrisa tranquila y tu arte, cuando hablas de la vida. Tres sencillas cosas que hicieron de mi una turista
                                                                        sin
                                                                                    salida.

miércoles, 29 de abril de 2015

Tu chica menos diez.

A tu chica menos diez le falta una camisa que le llegue por las rodillas y que sea tuya, que lo sean ambas. Que juegue a desquererte los lunes y los sábados te mande un mensaje diciéndote que los versos sin ti no saben a lo mismo.
Que sea la mejor actriz ante tus arrebatos de niño y te coma la boca a sonrisas, que a besos te la come cualquiera.
Que te entienda cuando ni siquiera tú lo consigues, que escriba en tu espalda con la yema de los dedos -te quiero- y a la que, cuando le toques el ombligo mil carcajadas salgan disparadas hacia tu oído.
La que te salve de un bache, de dos o de tres. La que construya puentes donde tú sólo ves precipicios, la que te quiera sin lágrimas en los ojos.
A tu chica menos diez le falta quererse los Domingos. Quererte con tu pasado, presente y con lo no vivido.
Le falta estar llena, luna.